1. Observamos el problema y analizamos los síntomas, tratamientos previos y duración.
2. Examinamos la piel o el pelo con herramientas dermatoscópicas.
3. En caso de requerirse, se realizan procedimientos extras, como la toma de una biopsia*, un examen directo o un tricograma.
4. Te ofrezco un tratamiento** de acuerdo a tu necesidades dermatológicas.
5. Valoro el progreso y estado de tu piel.